Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“No importa por qué oramos, la mayor sanación es saber — más allá de toda duda — que Jesús se preocupa por nosotros.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Lunes de la 14ta. Semana del Tiempo Ordinario
Julio 10, 2023
Oración para hoy:
Gracias Jesús, porque tú caminas entre nosotros, ansioso de hacer milagros y de mostrarnos el inmenso amor que nos tienes. Te alabo y te bendigo por este amor. Haz que crezca en mí la fe para creer en ti, aun cuando las causas parecen perdidas o tal vez sea demasiado tarde. Que pueda acompañarte en la maravillosa misión de mostrar al mundo que estás vivo, y presente entre nosotros. Amén.
¡ÚNETE A LA ORACIÓN COMUNITARIA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Génesis 28, 10-22a
Salmo 90, 1-4.14-15ab
Mateo 9, 18-26
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/071023.cfm
Peleando contra la multitud para llegar a Jesús
En los dos incidentes que ocurren en nuestro Evangelio de hoy, ¿cuál fue el regalo más grande que Jesús proporciona: sanación o resurrección?
Ninguno de los dos. Fue el amor.
¡Obvio! Pero esa era una pregunta capciosa, ¿verdad? Esta escritura no menciona al amor. Bien, ¿pero por qué él sanaba a la gente? ¡Porque las amaba! No porque se lo pidieran, no porque se lo pidieran de la manera “correcta”, no porque se lo pidieran durante suficiente tiempo y de manera persistente como para convencerlo con sus súplicas. Ni tampoco le rogaron a su madre para que le hiciera cambiar de opinión.
Jesús nos da milagros también. ¡Él es muy bueno con nosotros! ¿Recuerdas por lo que rezabas el año pasado? Él todavía está trabajando con eso, aun cuando tú no hayas pensado en ello desde hace rato.
¿Prestamos atención al amor que proviene de Jesús durante nuestras oraciones de petición? Su amor es evidente cuando nuestras oraciones son respondidas ¿pero prestamos atención al amor que surge de las oraciones no respondidas?
Imagínate ver a Jesús a través de los ojos de la mujer que fue curada cuando tocó el borde de su manto. ¿Fue su amor o su manto el que la curó? ¿Cómo sabemos que fue amor, dado que él no se había dado cuenta que ella estaba ahí hasta después del milagro? Es probable que la mujer experimentara algo como lo siguiente:
“Cuando Jesús me dijo, ‘Tu fe te ha sanado’, mi corazón saltó de alegría. Pero sucedió algo más maravilloso aún. ¡Jesús puso sobre mi su atención personal! ¡El dejó de hacer lo que estaba haciendo para encontrarme en la multitud y hablarme a mi! Entonces me escuchó — quería saber qué estaba siendo sanado en mí. ¡Él estaba interesado en mí!”
No importa por qué oremos, la sanación más grande es saber — más allá de toda duda—que Jesús se preocupa por nosotros. Y él realmente está interesado en cada uno de nosotros, aun cuando no nos da lo que le pedimos, de la manera como lo queremos, tan pronto como lo queremos.
Los milagros suceden: Jesús escandalizó al pediatra de mi hija cuando ella tenía seis meses de edad, respondiendo a nuestras oraciones para una cura instantánea que evitó una cirugía para corregir una anomalía estomacal. Pero 16 años después no la curó de una torsión de la columna, la cual requería una cirugía mayor. Aun cuando no entendemos por qué ella tuvo que soportar tanto dolor, sí comprendemos que Jesús se preocupa.
Para sentir el abrazo de su amor, tenemos que abrirnos paso hasta el borde de su manto: tenemos que superar lo que nosotros queremos, pasar por sobre las multitudes de dudas en nuestra mente, pasar por sobre nuestra baja auto estima que nos dice que no somos merecedores de su atención. Tenemos que ignorar los consejos de las personas que nos dicen que nuestra fe es estúpida o demasiado débil para milagros. Tenemos que insistir a pesar de que todo lo que se interponga en nuestro camino, no porque haga una diferencia para Dios sino por la diferencia que hace en nosotros.
Cuando insistimos en alcanzar a Jesús, vencemos obstáculos que entorpecen nuestra fe. Entonces él nos dice, “Mis amados, su fe los ha salvado.”
© 2023 por Terry A. Modica
Por favor, ayuda a los demás compartiendo esta página.
¿En qué más podemos servirte hoy? Visita nuestra página inicial.
Por favor, compártelo con los demás invitándolos a visitar esta página. También podrías imprimirlo para tu uso personal y compartir la impresión con otras personas.