Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“No importa cuán ocupado esté Jesús o cuán lejos deba irse para rescatar a la oveja perdida, nunca se aparta de nuestro lado.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
4to. Domingo de Pascua
Abril 21, 2024
Oración para hoy:
Jesús, quiero aceptar desde el fondo de mi corazón que Tú eres el pastor, lo cual me obliga a rendirme ante ti y a renunciar a mis propios planes. ¡Gracias, Jesús, porque diste hasta el último suspiro por mí para abrirme la puerta del cielo! Amén.
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Lecturas de hoy:
Hechos 4, 8-12
Salmo 117, 1. 8-9. 21-23. 26. 28-29
1 Juan 3, 1-2
Juan 10, 11-18
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/042124.cfm
La palmadita del cayado del Buen Pastor
En la lectura del Evangelio de este domingo, Jesús se identifica a sí mismo como el Buen Pastor. Somos las ovejas por las que ha dado su vida. Puso todo a un lado por nuestro bien– su deseo humano de una vida fácil, la seguridad y la familiaridad de su propia casa, su tiempo, su sueño, su cansancio y su preferencia natural por evitar la persecución, la tortura y la muerte.
Somos las ovejas que reconocen la voz de su pastor y voluntariamente lo siguen a mejores pastos. Nosotros queremos que sea nuestro Buen Pastor. Queremos su protección, su orientación y su amor.
Sin embargo, a veces nos olvidamos de escuchar su voz. Esto suele suceder cuando la vida no sale según lo planeado, de la manera en que nosotros queremos. Por frustración y temor, asumimos que Jesús ha dejado la manada. Creemos que ha ido tras la oveja perdida y nos dejó atrás para valernos por nosotros mismos y — ¡oh no! — ¡ahora es sin duda cuando los lobos atacan! ¿No se da cuenta de eso? ¿Cómo pudo hacernos esto si realmente se preocupa tanto por nosotros como dice que lo hace? ¿Por qué le preocupa más la oveja descarriada que nosotros que somos buenas ovejas?
No obstante, no importa cuán ocupado esté Jesús y qué tan lejos tenga que ir a rescatar a las ovejas perdidas, nunca se aleja de nuestro lado. Está siempre con nosotros. Cuando el camino de la vida nos lleva a callejones sin salida o peligrosos acantilados, no es porque nos ha abandonado. El dolor que sentimos es su cayado de pastor insistiéndonos y pinchándonos para que nos movamos en una dirección diferente, pero simplemente no hemos entendido.
No queremos ir en esa otra dirección. Nos gusta la familiaridad de este pasto viejo. Nos enfadamos con el golpeteo toc-toc del cayado en nuestras cabezas. Y no descubrimos la bendición de esta disciplina hasta que nos volvemos nuevamente a Jesús con ojos de confianza y oídos atentos a todo lo que dice, aunque al principio no nos guste lo que está diciendo.
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿En qué áreas de tu vida te sientes perdido y solo o abandonado? ¿Qué actividades puedes hacer que restauren tu visión y tu oído, para que puedas reconocer la presencia de tu Buen Pastor?
Preguntas para Compartir la Fe en Comunidad:
Nombra algunas de las maneras en que nos llama la voz del Buen Pastor. Comparte la historia del momento en que él te azuzaba, pero al principio no te dabas cuenta que era él. ¿Cuándo sentiste algo doloroso hasta que te diste cuenta que ibas en la dirección equivocada? ¿Qué te ayudó a reconocer la voz y el cayado del Buen Pastor?
© 2024 por Terry A. Modica
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