Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“No podemos tener éxito como verdaderos seguidores de Cristo a menos que tengamos una buena vida de oración.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Jueves de la 11ra. Semana del Tiempo Ordinario
Junio 20, 2024
Oración para hoy:
Gracias, Padre, porque cada vez que elevo mi oración a ti, Tú ya estás escuchando lo que dice mi corazón. Haz que tu Santo Espíritu me ayude a crecer más y más en mi intimidad contigo. Amén.
¡ÚNETE A LA ORACIÓN COMUNITARIA!
Lecturas de hoy:
Sirácides 48, 1-14
Salmo 97 (96), (12a)1-7
Mateo 6, 7-15
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/062024.cfm
Oración poderosa
¡La verdadera vida cristiana es todo un desafío! No es para débiles. No podemos tener éxito como verdaderos seguidores de Cristo a menos que tengamos una buena vida de oración – una verdadera vida de oración, no un balbuceo.
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús hace el contraste entre la oración-balbuceo, la oración santa y la charlatanería con la oración sincera del “Padre Nuestro”. Algunas personas piensan que el Rosario es una oración de palabrería, simplemente porque es una oración repetitiva a la manera de fórmula. Y puede ser. Pero son balbuceos únicamente para aquellos que no la usan como meditación dentro de una comunicación íntima y amorosa con Dios.
Algunos católicos erróneamente usan el Rosario como un soborno, pensando que rezando una novena (nueve días) de Rosarios se puede sobornar a Dios para que les conceda lo que están pidiendo. Una novena sagrada es un compromiso personal de obediencia. ¡Pero una novena de balbuceos es, honestamente, manipuladora y asume que Dios puede ser forzado a obedecernos — como si él necesitara ser obligado para hacer el bien!
Nuestro Padre sabe lo que necesitamos, antes de que empecemos la novena o cualquier otra oración, incluso antes de que sepamos que tenemos que rezar. El Rosario es poderoso, como es nuestro compromiso para hacer una novena de Rosarios, pero solo si renunciamos a nosotros mismos, a nuestros deseos, y a nuestras ideas sobre cómo Dios debe responder a nuestras peticiones.
La oración es poderosa cuando le entregamos a Dios nuestra confianza y aceptamos el resultado, cualquiera que este sea, como una bendición de Dios, puesto que él sabe mejor que nosotros, cuál es la mejor manera de tratar con cada situación.
Piensa en la oración que Jesús nos entregó cuando nos enseñó cómo orar a nuestro Padre. ¿Cómo usas tú esta oración? ¿La balbuceas rápidamente? Me atrevo a decir que a veces la balbuceamos durante la Misa y al inicio de las reuniones de la Iglesia. Las oraciones rutinarias con frecuencia vienen de la cabeza y pasan de largo por el corazón.
Cada línea de esta oración es rica en significado y muy poderosa para la conversión, sanación y crecimiento. Muy frecuentemente, nos apuramos a decirla sin poner atención a lo que estamos diciendo. Está destinada a ser una conversación íntima con nuestro muy querido y cariñoso Padre. Es una oración ideal, porque cubre todo, todo el espectro de nuestras necesidades, aun las desconocidas.
En tu tiempo personal de silencio con el Señor, emplea por lo menos cinco minutos para hacer de esta una verdadera oración, ampliando cada frase mientras conversas con tu Divino Papá. Si haces esto, notarás que las rápidas repeticiones de esta oración en Misa y en otras ocasiones, se convertirán en experiencias significativas y llenas de sentido del amor de Dios.
© 2024 por Terry A. Modica
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