Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Tenemos que ser vencedores, trabajando en nuestra santidad diaria.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Viernes de la 27ma. Semana del Tiempo Ordinario
Octubre 11, 2024
Oración para hoy:
Señor Jesús: purifica mis intenciones, dame discernimiento y fortaleza para perseverar en la batalla contra el mal. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Gálatas 3, 7-14
Salmo 110, 1b-6
Lucas 11, 15-26
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/101124.cfm
La lucha contra la ley del Caos
¿Qué sucede después que una persona acepta la salvación de Jesús? ¿Puede una persona vivir una buena vida cristiana sin tener que trabajar duro para crecer en la santidad de cada día? Es fácil volverse perezoso en el camino al cielo. También es fácil ceder a los impulsos de nuestra naturaleza carnal. Se necesita un impulso riguroso para avanzar en el camino de acercarnos a Dios.
Mientras estamos aquí, en este mundo pecaminoso, sufrimos de la Ley del Caos. Todo se desintegra, el trastorno es natural, el orden es antinatural y se necesita un gran esfuerzo. Así también sucede en nuestra vida espiritual. El crecimiento en la santidad requiere esfuerzo y, sin ese esfuerzo, nuestra santidad decae, diariamente, y los demonios tratan, de maneras sutiles y no tan sutiles, de atraernos hacia el camino fácil. Diariamente. Como señala Jesús en la lectura del Evangelio de hoy, podemos terminar peor que antes de nuestra conversión.
Jesús es el “alguien más fuerte”. Él aplastó a Satanás al morir en la cruz por nuestros pecados y al vencer a la muerte. Era nuestra muerte que llevó a la cruz y era su vida la que nos dio en su resurrección, pero sólo podemos beneficiarnos de esto si elegimos vivir en él, con él y por él. Jesús ha barrido nuestras casas, pero ahora nos toca a nosotros – con su ayuda, por supuesto – mantenerlas limpias.
Jesús nos dio la autoridad, a través de nuestro bautismo, para atar y expulsar demonios lejos de nosotros. Sin embargo, la mejor y más eficaz manera para derrotarlos es hacer lo contrario de lo que quieren que hagamos. ¿Sientes la tentación de enojarte? Perdona entonces, incluso si no sientes hacerlo. ¿Sientes la tentación de exigir tu propio camino? En cambio, haz lo que la otra persona está exigiendo de ti (siempre y cuando no sea pecaminoso).
Tenemos que dejar de vivir en el modo automático e identificar las formas en que nuestras vidas están regidas por la Ley del Caos, entonces podremos elegir vivir por la Ley del Amor de Dios. Esforzarnos en elegir la santidad es tan eternamente y vitalmente importante que el costo de nuestro tiempo y energía no debería parecer un precio demasiado alto.
Tenemos que ser vencedores, trabajando diariamente en nuestra santidad, eligiendo conscientemente los comportamientos que resistan la Ley del Caos. Uno de los ejemplos más tristes de esto, que yo presencié y que me hizo discernir los principios espirituales que he compartido en esta reflexión, fue el caso de un viejo amigo que era sacerdote pero con adicciones. Aunque él deseaba crecer espiritualmente, no estaba dispuesto a pagar el precio de la recuperación. Lo vi marchitarse emocional y, luego, espiritualmente. Terminó encerrado por su obispo sirviendo en un ministerio muy pequeño y, poco después, se marchitó físicamente también y tuvo una muerte temprana.
Él había cobrado vida en el Espíritu Santo durante el seminario y Dios le regaló el don fantástico de la sanación milagrosa y la buena predicación. Sin embargo, a pesar de que una conversión inicial a Cristo siempre convierte la destrucción en resurrección, no puede mantener la fe viva. Las adicciones satisfacen la naturaleza-carnal, entonces el espíritu de la persona se desconecta del Espíritu Santo y de ahí en adelante decae.
Recuerda que con Dios todas las cosas son posibles. Todo el mundo puede ser rescatado de la Ley del Caos pero, a menudo, esto no sucede hasta que se vuelven suficientemente miserables en su decadencia como para desear el cambio. A veces esto sucede después de la muerte, en el Purgatorio. Debemos orar siempre por los que están en el camino de la destrucción. Debemos darnos tiempo para discernir lo que Dios nos está pidiendo que hagamos para ayudarles a buscar la recuperación. Debemos elegir confiar en el deseo de Dios de resucitar a todos aquellos que acercamos a él.
© Terry Modica, Good News Ministries
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