Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Para aumentar nuestra fe, solo tenemos que aumentar nuestra conexión con el espíritu de Dios.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Lunes de la 32da. Semana del Tiempo Ordinario
Memorial de San Martín de Tours, Obispo
Noviembre 11, 2024
Oración para hoy:
Señor, dame la gracia de ser testigo fiel de la Verdad, yendo al encuentro de los demás con caridad. Que mi fe se fortalezca en la práctica frecuente de esta tarea. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
Tito 1, 1-9
Salmo 24, 1b-6
Lucas 17, 1-6
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/111124.cfm
Fe que arranca árboles
¿No te vuelve loco cuando pides ayuda a un amigo y él (o ella) no hace nada más que aceptar que necesitas la ayuda? En la lectura del Evangelio de hoy, los apóstoles piden a Jesús que aumente su fe. Y nos inclinamos hacia adelante en nuestros asientos, ansiosos por saber la respuesta. ¡Dinos, Jesús, dinos! ¿Cuál es la clave para una fe mayor?
Pero en vez de predicar una buena homilía sobre “10 claves para una fe más fuerte”, Jesús nos dice cuán pobre es nuestra fe. Yo no puedo arrancar un árbol orando por él ¿y tú? ¡Ups! Gracias por el desánimo, Señor. Parece que todos tenemos una fe que es más pequeña que la pequeñísima semilla de mostaza.
Bueno, el hecho es que no hay ninguna clave para una fe más fuerte. No hay ningún método secreto, ninguna fórmula especial. Es una forma de vida. Se trata de permanecer estrechamente conectado con el Espíritu de Dios. La fe no es algo que podemos construir; la fe es puramente un don del Espíritu Santo (ver 1 Cor. 12:9). En la medida en que estamos en comunión con el Espíritu de Cristo, es la medida en que nuestra fe puede arrancar árboles.
Oh, oh. Recién salí a la calle y me paré frente a una palmera (vivo en la Florida) y le mandé que se arrancara a sí misma, pero no pasó nada. Creo que no estoy en una muy buena relación con el Espíritu Santo.
Coo-rrrec-tooo.
Seriamente, en lugar de buscar lo milagroso, deberíamos preguntarle a Jesús: “¿Qué pecado debe ser arrancado de mí? ¿O qué duda? ¿Qué desconfianza en ti?”
Cuando nos enfocamos en las dificultades de la vida, el miedo comienza a echar raíces en nosotros. Empezamos a preocuparnos de que el problema vaya a terminar en desastre. ¿La solución? Subir de nuevo al regazo paternal de Dios y orar al respecto. Recuerda que el miedo es un mentiroso (piensa de esta forma: T.E.M.O.R. = Tu Enemigo Miente Ocultando la Realidad). Pídele al Espíritu Santo que te revele la verdad, que suele ser lo contrario de lo que está diciendo el miedo. Entonces seremos capaces de soportar la prueba con esperanza en lugar de ansiedad.
Esto es lo que Jesús quiso decir con tener fe lo suficientemente grande para arrancar árboles. En el momento que pedimos ayuda al Espíritu Santo, nos conectamos con su fe (que es infinitamente más grande que una semilla de mostaza) y somos renovados en su fe como un regalo. Nuestra fe es más fuerte porque se activa la fe de Dios dentro de nosotros.
Para aumentar nuestra fe, sólo tenemos que aumentar nuestra conexión con el Espíritu de Dios. ¡Escucha! El Espíritu de la Verdad te está instruyendo.
© Terry A. Modica, Good News Ministries
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