Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
El temor no es de Dios. No pertenece a la vida de un cristiano.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Viernes de la 1ra. Semana de Adviento
Diciembre 2, 2022
Oración para hoy:
Mi Señor, enséñame con tu Santo Espíritu a ser prudente, obediente y libre de temor. Ayúdame a aceptar tus tiempos en tu maravilloso trabajo silencioso. Amén.
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Lecturas de hoy:
Isaías 29, 17-24
Salmo 26, 1. 4. 13-14
Mateo 9, 27-31
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/120222.cfm
¿Por qué tienes miedo? ¡Ten fe!
En el Salmo responsorial de hoy decimos: “El Señor es mi luz y mi salvación – ¿A quién temeré?”
¿De qué tienes miedo ahora? ¿Qué decepción temes que llegue? ¿Qué te preocupa? ¿Qué te roba tu alegría?
Cuando “contemplamos la hermosura del Señor”, crece nuestra fe y nos damos cuenta de que no hay ninguna razón para tener miedo. Nos damos cuenta: Dios es tan maravilloso, tan cariñoso, tan bueno, tan impresionante y poderosamente preocupado por cada una de mis necesidades, por mi esperanza, por mi oración, por supuesto ¡no hay nada que me vaya a pasar tan malo como para producirme más daño que bien!
El miedo es lo contrario de la fe. Cuando tenemos miedo, estamos ciegos a lo maravilloso del Señor, y como los dos hombres en la lectura del Evangelio, necesitamos ser sanados.
La fe es la cura – fe que identifica a Jesús como el Señor, fe que aprecia la belleza del Señor, fe que cree que Dios va a sacar algo bueno de cada dificultad, sin importar lo malo que parezca.
Esta fe es la que nos capacita para creer que seguramente “veremos la recompensa del Señor en la tierra de los vivos”, y se convierte en la fuente de nuestra esperanza.
Esta es una fe que está dispuesta a “esperar al Señor con valor,” porque sabemos que Dios nos está cuidando, y así podemos experimentar esperanza incluso en las dificultades.
El miedo no es de Dios. No pertenece a la vida de un cristiano. Tampoco la preocupación, que es causada por el miedo. Cuando nos inquietamos por todo lo que puede ser preocupante, si el Señor es verdaderamente nuestro Salvador, como afirmamos que es, entonces decidimos entregarle a él todo con confianza, ¡¡porque sabemos que podemos confiar en él!!
Aquellos que están cegados por el miedo son los que no pueden ver al Señor en la situación que les preocupa, y por lo tanto tienen una razón válida para vivir en el miedo. Sin embargo, tú y yo deberíamos saberlo muy bien. Ya hemos visto al Señor hacer mucho bien. Tenemos razones válidas para vivir en una esperanza confiada, a pesar de toda la evidencia visible de lo contrario.
¿Vives en esta esperanza? ¿Qué tan visible es? ¿Tienes más esperanza que miedo, más paz que preocupación?
La mayoría de los cristianos llenos de fe experimentan ceguera temporal de vez en cuando. Eso es simplemente porque nos olvidamos de contemplar la hermosura del Señor. En la oscuridad, debemos volvernos hacia la luz de Cristo, pero eso no es todo. ¡Tenemos que mirar hacia ella fijamente hasta que nos deje ciegos hacia lo que estaba preocupándonos! La bondad de Dios debe ser nuestro enfoque.
El miedo se instala cuando nos distraemos con los atractivos de este mundo, perdiendo de vista lo que es puro, Santo y celestial. La Fe nos dice que no nos distraigamos con nuestras pruebas y dificultades. En lugar de centrarnos en la evidencia del desastre inminente, debemos mantener nuestros ojos en Jesús, la razón de nuestra esperanza.
¡La esperanza victoriosa procede de recordar el mantener nuestros ojos fijos en Jesús en todo momento!
Para leer más sobre este tema, utiliza nuestro PalabrasVivas: “Cómo el testigo de la esperanza puede cambiar al mundo” en gnm-es.org/crecimiento-espiritual/testigo-esperanza
© 2022 por Terry A. Modica
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