Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Cuando amar a los demás es difícil, ponte en contacto con el amor de Dios por ti.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes después de Epifanía
Enero 7, 2025
Oración para hoy:
Aún en medio del desierto, a tu lado Señor, encuentro el alimento que necesito en abundancia. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
1 Juan 4, 7-10
Salmo 71, (11) 2-4. 7-8
Marcos 6, 34-44
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/010725.cfm
Conociendo mejor a Dios
La primera lectura de hoy nos dice que amando a los demás conocemos mejor a Dios. Esto significa que cuando nos hace enojar una persona irritante, y respondemos con una discusión o una venganza o con cualquier cosa poco amorosa, no conocemos suficientemente a Dios. Si lo conociéramos mejor, nos desmayaríamos ante la idea de tratar a alguien así, sin importar lo que haya hecho.
Cuando reprimimos el impulso de devolver el golpe a aquellos que nos lastiman y nos desalientan, respondiendo a cada persona en cada situación con amor incondicional, perdón, paciencia, y (si es posible) con un acto de amabilidad, ganamos una mayor comprensión de Dios, porque así es como Él nos trata, lo merezcamos o no.
Amor incondicional no significa que toleremos el mal. Significa hacer el bien a los alborotadores mientras nos quedamos firmes detrás de los límites de la verdad, que nos mantienen unidos a Dios. Nuestros límites invitan a los demás a llevar una vida más santa y saludable. Así es como Dios trabaja con nuestra pecaminosidad; así, haciendo a otros lo que el Señor nos hace a nosotros, aprendemos más sobre Él. Desarrollamos una mejor comprensión de cómo Él rechaza el pecado mientras abraza al pecador.
Para comprender mejor a Dios, debemos amar a aquellos que son más difíciles de amar, ya que Dios es el Amor mismo. Cuando calificamos a ciertas personas como fuera del reino de aquellos que amamos, es por nuestra ignorancia de la forma en que Dios abraza la diversidad. Al condenarlos como no merecedores de nuestra atención y tiempo, usamos eso como un permiso para ignorarlos y evitarlos, lo cual es tan diferente de Dios que sólo puede suceder porque no le conocemos a Él.
¡Dios nos ama a ti y a mí tanto, que no nos deja en el caos de la ignorancia! Como dice esta escritura, el Padre nos dio a Jesús como una ofrenda — una expiación — por nuestros pecados. Cuando fracasamos en amar a los demás todo el tiempo, nos estamos apoyando en nuestros sentimientos y en nuestra habilidad humana para amar, lo cual es inapropiado. Para tener éxito al amar, debemos confiar en la habilidad de Jesús para amar. Debemos dejarle a Él amar a los demás sobrenaturalmente a través de nosotros.
Para tener éxito al amar, debemos confiar en lo que es verdaderamente el amor: es el regalo de Dios para nosotros. Él te ama a ti tanto, que el Padre envió al Hijo para cargar sobre Sí tus pecados en un asombroso acto de gran sufrimiento y sacrificio. Un amor tan poderoso nunca falla. Cuando amar a los demás es difícil, contáctate con el amor de Jesús por ti. Él desea besar tus heridas y sanar tu corazón y defender tu bondad.
En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús multiplica los panes y pescados. Es un recordatorio excelente de que podemos multiplicar nuestra pequeña habilidad para amar y producir una sobreabundancia de amor.
© Terry A. Modica, Good News Ministries
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