Demostrando que el cielo es real

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

“Somos la prueba de que el cielo es real.”

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Viernes después de Epifanía
Enero 10, 2025

Oración para hoy:

Perdóname Señor, porque muchas veces vivo preocupado por cosas que no cambiarán mi vida. Gracias por que tú me llamas a levantar la mirada hacia ti, mi fuente de vida en abundancia. Amén.

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Lecturas de hoy:

1 Juan 5, 5-13
Salmo 147, 12-15.19-20
Lucas 5, 12-16
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/011025.cfm

Demostrando que el cielo es real

Sabes que irás al cielo, ¿correcto? Como dice la primera lectura de hoy, tenemos pruebas de que Jesús nos está dando la vida eterna — pruebas provistas por Dios mismo a través del agua bautismal del arrepentimiento y la adopción, y a través del sacrificio bautismal de la sangre de Cristo, y a través del Espíritu de la Verdad que vive dentro de nosotros.

Hay tres formas en las cuales el Espíritu Santo testifica que Jesús nos está dando el cielo: Primero, el Espíritu cubrió con su sombra a la Virgen María para concebir a Jesús milagrosamente. Segundo, cuando Jesús surgió de las aguas de su propio bautismo — el “rito de iniciación” de su ministerio público — el Espíritu descendió sobre Él. Tercero, cuando Jesús derramó su sangre por nosotros, encomendó su Espíritu al Padre, que luego surgió de la muerte para llevarnos a ti y a mí a la vida eterna.

Estas tres pruebas son unánimes. Trabajan juntas para decir el mismo mensaje. Y ahora que nos fue dado el Espíritu Santo del mismo Jesús, somos la prueba de que el cielo es real.

¿Alguna vez te sientes como que no tienes mucho valor? ¡El Espíritu de Dios dentro tuyo da testimonio de que tienes un tremendo valor! ¡Un valor extremadamente importante! Primero, cuando fuiste concebido en el vientre de tu madre, fuiste hecho a imagen y semejanza de Dios. Siendo quien Dios quiso que fueras, a quien otros pueden ver, revelas al mundo cómo es Dios, a quien no pueden ver.

Segundo, en el sacramento de tu bautismo, el Espíritu descendió sobre ti y el Padre dijo de ti: “¡Este es mi hijo amado, en quien me complazco!” De esta manera, fuiste iniciado en el ministerio de Cristo y has sido enviado a dar su amor y sanación y salvación al mundo en el que vives, trabajas y sirves.

Tercero, cuando tú permites que tus sufrimientos sean una ofrenda de amor por los demás, tu sacrificio es una evidencia visible del sacrificio de Cristo. Este sacrificio no destruirá tu espíritu pero lo purificará y lo fortalecerá. Tu vida continua en el Espíritu Santo ayudará a Jesús a llevar a otros a la vida eterna, porque es un testimonio de cómo Dios resucita el bien de cada situación mala.

¿Qué tan bien estás traduciendo este testimonio en un lenguaje que otros puedan entender? Más específicamente, ¿te estás dando a los demás de maneras que les permitan experimentar qué hay de valioso en ti? ¿Estás en algún ministerio, cambiando al mundo al compartir con otros los dones que Dios te ha dado? Si es así, tú eres la verdadera presencia de Cristo. Y así es cómo puedes estar seguro de que irás al cielo. Y así es cómo puedes llevar a otros contigo hacia la vida eterna.

© Terry A. Modica, Good News Ministries

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