Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Tenemos la habilidad de amar como Dios ama, pero necesitamos confiar en la ayuda del Espíritu Santo.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
7mo. Domingo del Tiempo Ordinario
Febrero 23, 2025
Oración para hoy:
Gracias, Señor, por tu presencia liberadora de todos mis males. Amorosamente revelas mis errores mientras me bendices con esperanza. Amén.
¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.
Lecturas de hoy:
1 Samuel 26, 2.7-9.12-13.22-23
Salmo 102, 1-4.8.10.12-13
1 Corintios 15, 45-49
Lucas 6, 27-38
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/022325.cfm
El amor de Dios en buena y desbordante medida
Las lecturas para la Fiesta de la Cátedra de San Pedro Apóstol, se enfocan todas, en la calidad del liderazgo denominada “pastoreo”.
Nuestros sacerdotes son los pastores de la parroquia. El obispo es el pastor de los sacerdotes y de todos los parroquianos de la diócesis. El Papa es el pastor del mundo — él es in persona Christi el Buen Pastor para todos hoy, a imitación de Cristo, en obediencia a él, como la voz que habla por él, heredando ese rol desde el primer Papa, San Pedro.
Todos los líderes — clero y laicos, religiosos consagrados y seculares — están llamados a imitar el estilo de pastoreo de Jesús. Los padres deben hacerlo ya que son los pastores de sus familias. Los maestros deben hacerlo ya que son los pastores de sus clases. Los empleadores y supervisores deben hacerlo ya que son los pastores de aquellos que trabajan bajo sus órdenes. Las secretarias deben hacerlo ya que son los pastores de las personas que llegan a sus oficinas.
¿Cómo te asiste Jesús a ti? Así es como debemos pastorear a los demás.
El Buen Pastor se preocupa.
Él protege su rebaño.
Guía sus ovejas a pastos seguros.
Va detrás de la oveja perdida y la encuentra.
Carga a la oveja débil por terrenos difíciles.
Pelea a los lobos y los vence con el poder de Dios.
Está siempre alerta para hacer bien su trabajo, se apoya en el Espíritu Santo que lo capacita.
No hacerlo es un pecado grave pues sería anti-evangelización y anti-Cristo.
A imitación de Cristo, nos preocupamos por cada “oveja” y “cordero” de nuestras vidas. Los guiamos al interesarnos activamente por sus problemas y les ofrecemos la sabiduría que hemos obtenido por la experiencia y del Espíritu Santo. Encontramos formas de llenar los vacíos de la división, es decir, buscando a “la perdida”. Las dejamos que se apoyen en nosotros cuando están débiles, no se sienten amadas o están sobrepasadas por las dificultades. Oramos por ellas, las ayudamos a vencer a los demonios que hacen presas de ellas como lobos. O nos enfrentamos a los acosadores que se aprovechan de su alegría y dignidad.
Mientras tanto, continuamos trabajando en nuestro propio proceso de sanación y desarrollo espiritual, lo más plenamente posible, para que podamos disminuir nosotros y pueda crecer el Buen Pastor en nosotros. Aprendemos a interesarnos más por nuestro rebaño mediante la compasión que vamos ganando al ponernos en contacto con nuestros propios dolores, nuestros propios momentos de ataques de los lobos, nuestras propias necesidades de ser guiados a pastos más seguros y, haciendo todo lo posible para sanar y aprender de estas dificultades.
De cualquier forma en que nos haya pastoreado Jesús, esa es la única forma en que pastorearemos a los demás con éxito.
© Terry A. Modica, Good News Ministries
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