Segundo Misterio Doloroso

[ ORACIONES ]

LA FLAGELACIÓN

Meditación para el Segundo Misterio Doloroso:
La Madre Santísima le dijo a Sta. Brígida: “Lo llevaron a la columna, Mi Hijo se quitó Su propia ropa y Él mismo extendió Sus manos hacia la columna, donde Sus enemigos lo amarraron despiadadamente. Lo flagelaron, Su Cuerpo puro de cualquier marca, se convirtió en un Cuerpo lacerado con azotes hechos con puntas vueltas hacia atrás que no halaban, sino destrozaban….Su Cuerpo herido y abatido hasta las propias costillas, para que pudiesen ser vistas… Su piel llena de llagas. Mi Hijo se mantuvo de pie, sangriento, todo desgarrado, de forma que ningún punto de su cuerpo quedaba sin laceración.”

Por todas las veces en que he herido a otros y al hacerlo Te he flagelado, mi Señor Jesús, rezo….

Padre Nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.

Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo;
bendita Tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
(10x)

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio,
ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
¡Amén!

Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados,
sálvanos del fuego del infierno
y guía a todas las almas al Cielo,
especialmente a aquellas que necesitan más de Tu Misericordia.