Demostrando que el cielo es real

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

“Cuando permites que tus sufrimientos sean un ofrecimiento de amor por los demás, tu sacrificio es evidencia visible del sacrificio de Cristo. “

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Viernes de la Semana de Navidad
Enero 6, 2023

Oración para hoy:

Gracias, Padre amado, por tu especial amor por mí, por llamarme por mi nombre y ser único para ti, como es único y especial cada hijo al que Tú le has regalado el don de la vida. Amén.

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Lecturas de hoy:

1 Juan 5, 5-13
Salmo 147, 12-15.19-20
Lucas 5, 12-16
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/010623.cfm

Demostrando que el cielo es real

Tú sabes que vas a ir al cielo, ¿verdad? Como lo dice la primera lectura de hoy, tenemos la prueba de que Jesús nos da la vida eterna prueba provista por Dios mismo por medio de las aguas bautismales del arrepentimiento y la adopción, a través del bautismo sacrificial de la sangre de Cristo y por medio del Espíritu de la Verdad que habita en nosotros.

Existen tres formas por las cuales el Espíritu Santo da testimonio de que Jesús nos está dando el cielo a nosotros: Primera, el Espíritu cubrió con su sombra a la Virgen María para que pudiera concebir de manera milagrosa a Jesús. Segunda, al salir Jesús de las aguas de su propio bautismo el “rito de iniciación” de su ministerio público el Espíritu descendió sobre él. Tercera, Jesús derramó su sangre por nosotros y entonces encomendó su Espíritu al Padre, después de eso, él venció a la muerte para llevarnos a ti y a mí a la vida eterna.

Estos tres testimonios están entrelazados. Trabajan juntos para dar el mismo mensaje. Y ahora que se nos ha dado el Espíritu Santo de Jesús mismo, nosotros somos la prueba de que el cielo es real.

¿Alguna vez has sentido que no vales nada? ¡El Espíritu de Dios en ti da testimonio que tú tienes un gran valor! ¡Un valor extremadamente importante!

Primero, cuando fuiste concebido en el vientre materno, fuiste hecho a imagen y semejanza de Dios. Tú, a quien los demás te pueden ver, le revelas al mundo como es Dios, para quien no lo puede ver. ¿Cómo? Al ser la persona que Dios creó para ser.

Segundo, en el sacramento de tu bautizo, el Espíritu descendió sobre ti y el Padre dijo de ti, “¡Este es mi hijo amado, en quien me complazco!” repitiendo lo que pasó con Jesús. Así fuiste iniciado en el ministerio de Cristo y has sido enviado para dar su amor, su sanación y su salvación, al mundo en donde vives, trabajas y sirves.

Tercero, cuando permites que tus sufrimientos sean una ofrenda de amor por los demás, tu sacrificio es evidencia visible del sacrificio de Cristo. Este sacrificio no va a destruir tu Espíritu, pero te va a purificar y fortalecer. El Espíritu Santo en ti va a ayudar a Jesús para llevar a otros hacia la vida eterna, porque es un testimonio de cómo Dios resucita a la bondad en cada mala situación.

¿Qué tan bien estás traduciendo este testimonio para que los demás lo entiendan? Más específicamente, ¿te estás entregando a los demás en las formas que les permitirá experimentar lo valioso que hay en ti? ¿Estás en algún tipo de ministerio, cambiando al mundo al compartir los dones que Dios te ha dado? Si es así, tú eres la presencia verdadera de Cristo. Y así es como puedes estar seguro de que vas a ir al cielo. Y así es como llevas contigo a otros a la vida eterna.

© 2022 por Terry A. Modica

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