Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Una relación rota no puede ser restaurada a menos que Jesús se convierta en el centro de ella.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Martes de la 1ra. Semana de Adviento
Noviembre 29, 2022
Oración para hoy:
Gracias mi Señor, por salir a mi encuentro y revelarme el amor del Padre. Preserva mi corazón del orgullo para que siempre me sienta necesitado de ti. Amén.
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Lecturas de hoy:
Isaías 11, 1-10
Salmo 71, 1. 7-8. 12-13. 17
Lucas 10, 21-24
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/112922.cfm
Nuevo crecimiento en la fe
Nombra tu tocón muerto. La Primera lectura de hoy contiene la frecuentemente citada, o a veces cantada, profecía en Isaías acerca de la venida del Mesías, una nueva rama que crece desde el tronco muerto del árbol de Jesé. Jesé fue padre del gran Rey David. De este árbol familiar, nació Jesús.
El árbol de Jesé era una familia sana y fructífera debido a su fe en Dios, que los inspiró a ser buenos servidores de su reino. David se convirtió en un rey-siervo 1.100 años antes del nacimiento humano de Jesús. Su reinado fue fuerte y se ramificó hacia toda la nación de Israel.
Durante gran parte del reinado de su hijo Salomón, el árbol continuó floreciendo, pero luego se enfermó. Israel se partió en dos, dividido y debilitado por una guerra civil después de la muerte de Salomón. Enemigos extranjeros vinieron y cortaron el árbol, tomando a los israelitas cautivos. Los judíos nunca más tuvieron un rey tan grande como David.
A través del profeta Isaías, Dios prometió que el árbol de Jesé florecería nuevamente a la vida. En medio del sufrimiento y pérdida, Dios estaba ofreciendo una razón para la esperanza, basada en la fe en él. Piensa en un árbol talado en tu propia vida. ¿Qué relación se ha cortado? ¿Qué Ministerio ha muerto? ¿Has sido despedido de un trabajo? ¿Se ha marchitado un sueño? Nombra tu tocón muerto.
Los judíos pensaron que cuando floreciera nuevamente la nueva rama del árbol de Jesé, sería un nuevo rey como David y los rescataría de sus enemigos humanos. Por supuesto, sabemos que Jesús era el Mesías que Isaías había profetizado, y que él era una clase diferente de rey.
La rama de Cristo se convirtió en el cristianismo y sus muchas ramas de ministerios Cristo-céntricos. Jesús nos rescató del enemigo espiritual y sus armas de pecado. Seguidores llenos de fe sirven al Reino de Dios, produciendo muchos buenos frutos.
Ahora piensa en tu propio tronco. Si miramos nuestro tronco y esperamos que vuelva a florecer en el mismo tronco viejo, fracasaremos en ver a nuestro Mesías.
Una relación cortada no puede restablecerse a menos que Cristo se convierta en el centro de ella y el corazón de cada persona sea convertido y sanado.
Un Ministerio muerto tendrá nueva forma sólo cuando Jesús lo resucite; las raíces serán las mismas, pero el nuevo crecimiento será sorprendentemente diferente.
La vida de Cristo está floreciendo desde el trabajo del que te echaron al señalarte el camino que glorificará a Dios. El sueño marchito pasará por la cruz de Cristo para resucitar en un nuevo objetivo glorificado que será fortalecido por un Pentecostés del Espíritu Santo.
Cuando permitimos que la profecía de Isaías se cumpla en nuestra situación actual, escuchamos a Jesús decir, como leemos en el pasaje del Evangelio de hoy, “¡Bienaventurados los ojos que ven lo que ves!”
¿Tienes fe para ver? Fertiliza el tronco de tu árbol mediante el aumento de tu tiempo de oración, lectura de las escrituras, otra lectura espiritual y la participación en programas parroquiales. Jesús mismo es el nuevo crecimiento que va a nacer en ti, pero tienes que nutrir tu suelo.
© 2022 por Terry A. Modica
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