El ministerio de Cristo hoy

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

¡Jesús continúa su ministerio sobre la tierra a través de nosotros!

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

3er. Domingo del Tiempo Ordinario
Enero 26, 2025

Oración para hoy:

Amado Señor: en el desierto tú me preparas para la misión que tienes para mí. Dame la gracia de escucharte y descubrirla en el silencio de la intimidad contigo. Amén.

¡MEJORA TU DÍA!
Poderosas oraciones católicas con la reflexión diaria están disponibles en nuestro canal de YouTube en español.

Lecturas de hoy:

Nehemías 8, 2-6.8-10
Salmo 18, 8-10.15
1 Corintios 12, 4-11
Lucas 1, 1-4; 4, 14-21
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/012625.cfm

El ministerio de Cristo hoy

En la lectura del Evangelio de este domingo, vemos a Jesús anunciando la realidad de su ministerio: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos y para proclamar el año de gracia del Señor… Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura.”

¿Acaso este ministerio llegó a su fin cuando ascendió al cielo y desapareció de la faz de la tierra?

Como señala la lectura de Corintios, ahora somos nosotros el Cuerpo de Cristo en la tierra.

¡Todos — cada uno de nosotros — somos una parte importante de este cuerpo! No te subestimes. Dios te creó a ti y te trajo a la Iglesia porque puedes hacer una diferencia significativa. Nadie más puede hacer lo que tú puedes hacer, de la forma en que tú puedes hacerlo, en los planes que él tiene para hacer de este mundo un lugar mejor.

Nosotros los cristianos somos, como comunidad de creyentes, el Cuerpo de Cristo en la Tierra. Cada vez que recibimos el Cuerpo de Cristo en la Sagrada Comunión, recibimos lo que somos y, por lo tanto, somos renovados en la continuación del ministerio de Cristo. Su misión es nuestra misión.

Al recibir a Jesús en la Eucaristía, no sólo consumimos a Jesús en toda su humanidad y su divinidad plena, sino que también consumimos su ministerio. El Espíritu del Señor viene sobre nosotros. Cada Misa es una renovación de nuestra vocación para llevar las buenas nuevas a los pobres, proclamar la liberación a los cautivos y devolver la vista a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.

En otras palabras, cada vez que recibimos a Jesús en la Eucaristía, se cumple nuevamente el pasaje de la Escritura que él citó en Lucas 4, 18-21.

El pecado es cualquier cosa que impide que esto suceda.

Cada vez que las oraciones de los demás no son respondidas, cada vez que se permite que el mal prevalezca, cada vez que las almas sufren porque no han escuchado las buenas nuevas de la salvación en Jesús, es porque las partes del cuerpo terrenal de Cristo que pueden hacer algo al respecto, no lo están haciendo. ¡Dios provee todo lo que se necesita en la tierra a través de nosotros! ¡Jesús continúa su ministerio en la tierra a través de nosotros!

Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Cómo se siente saber que estás llamado a continuar el ministerio de Cristo? Reflexiona sobre lo importante que eres para el Cuerpo de Cristo y su misión. ¿En qué eres bueno? ¿Qué te apasiona? ¿Qué males particulares te molestan más? ¡Allí es donde puedes hacer una diferencia!

Preguntas para compartir la Fe en la Familia y la Comunidad:
Nombra maneras en que la gente común puede traer buenas nuevas a los pobres, o liberar a los cautivos, o ayudar a los ciegos a ver, o liberar a los oprimidos, o proclamar lo que es agradable al Señor. ¿Cuáles son tus experiencias haciendo esto?

© Terry A. Modica, Good News Ministries

Recibe reflexiones católicas sobre las lecturas de la Misa.

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