Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“Aún los peores momentos se convierten en grandes bendiciones cuando les permitimos que nos unan a Jesús.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
3er. Domingo de Adviento
Diciembre 11, 2022
Oración para hoy:
Ven, Señor, con tu Espíritu Santo y haz de mí el profeta y el testigo que Tú has pensado y quieres que sea. Amén.
Encuentra el Santo de hoy
BuenasNuevasCatolicas.org/santos-diarios
Lecturas de hoy:
Isaías 35, 1-6a.10
Salmo 146 (145), 6-10
Santiago 5, 7-10
Mateo 11, 2-11
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121122.cfm
El gozo de ser rescatados por Cristo
La alegría es el tema del Tercer Domingo de Adviento. Como dice la primera lectura: “¡Sean fuertes, no teman, aquí está su Dios, vengador y justiciero, para rescatarlos!” Esta es la razón de nuestra alegría. Hemos sido rescatados del pecado y de su destrucción; Jesús pagó el precio por medio de su terrible sacrificio en la cruz. Es por eso que Jesús vino a la tierra para nacer como uno de nosotros: para rescatarnos de los horrores de una separación eterna de Dios y su amor.
En comparación con la eternidad, nuestros problemas actuales son pequeños, muy pequeños.
La alegría viene de darnos cuenta que, gracias a Jesús, no hay pecados ni fuerzas destructivas que puedan hacernos daño permanente. En realidad, ¡Dios hará buen uso de todo para nuestro beneficio! Él derrota el mal haciendo que broten bendiciones él.
Incluso los peores momentos se convierten en grandes bendiciones si dejamos que éstos nos unan a Jesús. Con Cristo e imitando su sufrimiento por el bien de los demás, les ofrecemos lo que nuestras dificultades nos han enseñado y, así, nuestros sufrimientos se convierten en ministerios, nuestros dolores encuentran un significado valioso, que produce una alegría que se multiplica más allá de toda medida.
En Cristo somos coronados con gozo eterno. Sentimos su alegría y regocijo por el bien que vendrá y que ya ha comenzado. El dolor y el luto se irán mientras nos levantamos en medio de nuestro dolor para regocijarnos en el bien de unirnos al ministerio de Cristo. Y somos levantados por un Dios fiel y compasivo.
Como señala la segunda lectura, debemos ser pacientes mientras esperamos que el Señor convierta nuestras pruebas en triunfos. Para mantener una actitud de alegría, debemos permanecer firmes en nuestra fe, sin dudar de que el Señor se preocupa por nosotros. Y no debemos quejarnos, porque las quejas evidencian que pensamos que sabemos más que Dios acerca de cómo nuestros problemas deberían ser resueltos y cuánto tiempo deberían durar.
La alegría viene de regocijarnos en la buena noticia de que Dios realmente se preocupa y que está, por supuesto, trabajando por nosotros para sacar muchas bendiciones maravillosas de nuestros sufrimientos como dice Jesús en la lectura del Evangelio: “Bienaventurado el que no se siente defraudado por mí.”
Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Qué te hace infeliz? ¿Puedes encontrar alegría en las tribulaciones? – porque Dios hará que el bien salga del sufrimiento si quieres usarlo para el beneficio de los demás. Habla con Jesús de eso hoy. ¿Qué te está diciendo? ¿Qué abrazo te está dando?
Preguntas para Compartir en la Comunidad de Fe:
Describe el momento en que viste bendiciones brotar de tus sufrimientos. Si pudieras hacerlo todo otra vez, con la opción de evitar esos problemas en particular, ¿lo harías? ¿Por qué sí o por qué no?
© 2022 por Terry A. Modica
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