Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“La espera puede ser un tiempo poco feliz pero no necesitamos sentirnos felices para estar gozosos. El gozo es una relación interior con Jesús.”
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Miércoles de la 3ra. Semana de Adviento
Memorial de San Juan de la Cruz, Presbítero y Doctor de la Iglesia
Diciembre 14, 2022
Oración para hoy:
Gracias Señor, porque Tú has venido a sanar , liberar y salvar nuestras vidas. Que sepa descubrir tu presencia en quienes son dóciles a tu voz y en las bendiciones de cada día. Amén.
Encuentra el Santo de hoy
BuenasNuevasCatolicas.org/santos-diarios
Lecturas de hoy:
Isaías 45, 6c-8.18.21c-25
Salmo 85 (84), 9ab.10-14
Lucas 7, 18b-23
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/121422.cfm
Para estar gozoso, ¡mantén tus ojos en Jesús!
¡Mantén tus ojos en Jesús! Si fuera a recordar sólo un mensaje, me gustaría que fuera éste, porque dice todo lo que hay que decir sobre cómo atravesar la vida en la tierra con la mayor alegría posible, la paz más completa y la fe más fuerte en nuestro viaje a la gloriosa alegría del cielo.
Es el mensaje de las escrituras de hoy. En el pasaje del Evangelio, a Jesús se le pregunta: “¿Eres tú?” Por aquellos que habían oído anunciar a Juan el Bautista la venida del Mesías. ¿O deberíamos esperar a otro? Y Jesús responde: “Búsquenme en la evidencia, los ciegos ven, los cojos andan…”
“Yo soy el Señor, no hay otro”, dice Dios en la primera lectura. “Yo creé todo, vuelve a mí y estarás a salvo.”
Cuando buscamos a nuestro Salvador en todos los lugares equivocados, es cuando no nos sentimos seguros. Cuando la vida no sigue el camino que queremos, cuando los problemas parecen estar empujándonos cada vez más cerca del desastre y cuando nuestras oraciones aparentemente no dan resultados, nos alejamos de Dios, a menudo sin darnos cuenta, en busca de una salida y en busca de paz. Nos volvemos irritables, nos falta amor en la resolución de los problemas, o nos volcamos al alcohol o a los alimentos o las compras.
Cuando la santa obediencia parece demasiado difícil o desagradable o requiere demasiado sacrificio, nos conformamos con la sabiduría del mundo y la usamos como un bien, en un esfuerzo para calmar nuestras conciencias.
“Vuélvete a mí y sé salvo”, nos dice el Señor.
Él no nos está prometiendo protección contra las dificultades. Más bien, estamos seguros en las dificultades, porque Él se preocupa por nosotros y nos fortalecerá, dará madurez y hará que todo funcione para nuestro bien y para el bien de todos los demás afectados por nuestros problemas. Esto toma tiempo, por lo general mucho más tiempo de lo que queremos, pero si nosotros decidimos cuánto debe durar ese tiempo, nos alejamos nuevamente de Dios.
Si pudiéramos ver lo que él ve, entonces no estaríamos tan impacientes. No nos desesperaríamos ni nos sentiríamos abandonados por Él. Es por eso que Jesús nos dice que debemos buscarlo en la evidencia que tenemos a nuestro alrededor. Por ejemplo, cuando escuchas a otros contar historias sobre cómo Dios los rescató de sus problemas, Él te está recordando que también te rescatará a ti (o al ser amado por quien has estado orando sin cesar). Y si no estás escuchando estos testimonios de fe, busca un grupo de personas con quien reunirte en tu parroquia y haz amistad con ellas.
¡Los signos de la presencia de Cristo y su utilidad están en todas partes! ¡Alégrense!
Él quiere que sepas que perteneces al reino de los cielos y desde la perspectiva del cielo, la imagen es mucho, mucho más grande y mucho mejor de lo que puedes ver. Recuerda esto cuando pierdas la alegría.
Esperar puede ser un tiempo infeliz, pero no tenemos que sentirnos felices para estar alegres. La alegría proviene de una relación interior con Jesús. Mantén tus ojos en Jesús – en las señales que le importan – y vivirás en su alegría.
Para leer más sobre este tema, utiliza nuestro PalabrasVivas: “Llevar a Cristo a un tiempo de maldad” en gnm-es.org/justicia-social/justiciasocial-llevar-cristo-a-un-tiempo-de-maldad/.
© 2022 por Terry A. Modica
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