La fuerza de la unidad de los cristianos

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

“La ausencia de actividad de algunas partes del Cuerpo de Cristo nos causa debilidad y nos hace más vulnerables al mal.“

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Jueves de la 3ra. Semana de Cuaresma
Marzo 16, 2023

Oración para hoy:

Señor: sana las divisiones que hay en mi corazón para que pueda dejarte reinar en mi vida y ser, junto a mis hermanos, un servidor incondicional. Amén.

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Lecturas de hoy:

Jeremías 7, 23-28
Salmo 94, 1-2. 6-9
Lucas 11, 14-23
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031623.cfm

La fuerza de la unidad de los cristianos

La mejor manera de vencer el mal, según Jesús en el pasaje del Evangelio de hoy, es atacarlo con la fuerza que viene de estar “con” Jesús. Pero ¿cómo podemos estar con Jesús si no podemos verlo o escucharlo porque ascendió al cielo?

Cuando su cuerpo dejó la tierra, mandó su Espíritu para animar a sus seguidores con el poder de ser como él. La Iglesia y todos aquellos que creen en él y lo imitan son ahora su cuerpo en la tierra. Cuando estamos con los creyentes, estamos con Jesús.

Por esta razón ser cristiano significa ser Iglesia. No podemos ser el cuerpo de Cristo sin pertenecer a la Iglesia. Por lo tanto, cuando los miembros del cuerpo deciden alejarse de la Misa, o cuando las partes del cuerpo descuidan las oportunidades para participar activamente en la vida parroquial, están negando lo que realmente son.

Piensa en los asientos vacíos en la iglesia. Piensa en las personas que conoces que han sido bautizadas o son gente buena y cariñosa pero no están cumpliendo su identidad como Cuerpo de Cristo. ¡Qué desalentador es esto! La inactividad de las partes del Cuerpo provoca debilidades que nos hacen más vulnerables al mal.

Aparte de la comunidad de creyentes, podríamos sentirnos fuertes en la autosuficiencia, y por un tiempo la paz puede reinar ya que cumplimos nuestros deseos y nuestros planes no se ven perturbados. Sin embargo, esto nunca dura lo suficiente. La vida pasa. El desastre golpea. El Mal se dirige a nosotros, porque reconoce cuán vulnerables somos y aprovecha la oportunidad de quitar nuestra mirada de Dios.

El individualismo que se basa en la autosuficiencia no es tan beneficioso como parece. Por su propia naturaleza crea división. Mientras pensemos que no necesitamos a los demás, descuidamos trabajar en la construcción de la unidad. Jesús dijo: “Aquellos que no están conmigo están contra mí”. Puesto que vive dentro de otros cristianos, si optamos por no unirnos a ellos en las relaciones comunitarias, ¡estamos actuando contra Jesús!

Jesús también dijo: “Aquellos que no recogen conmigo, desparraman”. No hay punto intermedio. Deberíamos reunir personas y construir una comunidad espiritual permitiéndoles experimentar la presencia de Jesús dentro de nosotros. Si no atraemos a las personas al Salvador dentro de nosotros, o si echamos a las personas, las estamos apartando de lo que Jesús desea darles a través nuestro.

¿Eres parte del grupo que junta o del que desparrama?

Si tratamos de reunir a la gente que nos rodea utilizando nuestro dinero, estatus o posición en la Iglesia, no estamos llevando a Jesús a ellos. Pero si la gente se pega a nosotros porque son atraídos por nuestro amor, nuestra bondad, nuestra paciencia, nuestra oración, nuestros talentos dados por Dios o nuestra sabiduría llena del espíritu, encuentran a Jesús cuando interactúan con nosotros. Ahí radica la fuerza de la comunidad y el poder para vencer el mal.

Reflexiona más sobre este tema con nuestro podcast: “La Bendición Final” en https://buenasnuevascatolicas.org/camino29

© 2023 por Terry A. Modica

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