Compartiendo la gloria y la gracia de María

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica


“Entre más le demos autoridad sobre nuestras vidas a Jesús, más gracia recibiremos.”


Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María
Agosto 15, 2023

Oración para hoy:

Amado Jesús, te pido que, como nuestra Madre, María Santísima, yo sea un mensajero lleno del Espíritu Santo, llevando su unción a aquellos que esperan en Ti. Amén.

SaintsEncuentra el Santo de hoy
BuenasNuevasCatolicas.org/santos-diarios

Lecturas de hoy:

Apocalipsis 11, 19a; 12, 1-6a.10ab
Salmo 45 (44), 10-12.16
1 Corintios 15, 20-27
Lucas 1, 39-56
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/081523-day.cfm

Compartiendo la gloria y la gracia de María

María, la Madre bendita de nuestro Salvador, vivió una vida llena de la gracia de Dios. Hoy celebramos el hecho de que ella nunca perdió esta gracia y por esta razón fue ‘asunta’ o transferida directamente al cielo con un cuerpo glorificado.

María fue agraciada de una manera muy poderosa para quedar embarazada con Jesús. Dios no puede morar en un cuerpo que ha sido corrompido por el pecado. Aunque hoy en día Dios es capaz de morar dentro de nosotros los pecadores, debido a nuestros bautismos, el cual María no tuvo la oportunidad de recibirlo. El bautismo nos libera del pecado original, que produce la muerte, de Adán y Eva. Gracias a Dios, María no necesitó del bautismo: él la creo por medio de una inmaculada concepción, es decir, ella fue concebida sin la herencia del pecado de la humanidad.

María permaneció llena de esta gracia especial para que así ella pudiera cuidar a Jesús y guiarlo mientras él crecía. Después ella se apoyó en esta gracia para cuidar a los primeros cristianos, una continuación de su ministerio por Jesús. Y ella continúa manteniendo este cuidado, aun hoy en día, en su ministerio por nosotros.

Por esta razón, le podemos pedir a ella que comparta con nosotros la gracia que la ayudó a resistir al pecado. Consideren la gracia que está presente en los Misterios Gloriosos del Rosario:

El primero es la Resurrección de Jesús. Como dice en la segunda lectura de hoy, ‘Cristo resucitó entre los muertos. Así como en Adán todos mueren, así en Cristo todos volverán a la vida.’ Entramos a la vida en Cristo no solo por creer que él murió para darnos vida, sino por imitarlo para permanecer en su vida.

El segundo Misterio Glorioso es la Ascensión de Jesús. Como dice la primera lectura de hoy, ‘Y su hijo fue llevado hasta Dios y hasta su trono. Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios y del poder de su Mesías:’ Aunque el niño Jesús respetaba la autoridad de María como su madre, ella se entregó libremente a su autoridad desde el momento que ella dijo ‘sí, hágase en mí la voluntad del Padre’. Entre más le demos autoridad sobre nuestras vidas a Jesús, más gracia recibiremos.

El tercer Misterio Glorioso es la Venida del Espíritu Santo. Como dice la lectura del Evangelio de hoy, ‘Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó “¡Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!”‘ Sólo por medio del Espíritu Santo somos capaces de tomar conciencia de la presencia de Cristo y de sus bendiciones y gracia en nuestras vidas.

El cuarto Misterio Glorioso es la Asunción de María al Cielo. Como dice en la primera lectura de hoy, “Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies.” María es nuestra figura de lo que realmente significa ser una cristiano santo un cristiano lleno de gracia.

El quinto Misterio Glorioso es la Coronación de María como nuestra Reina. Desde el momento de su ‘sí’ en la Anunciación, el Espíritu Santo ha sido su Esposo, así que por supuesto ella es la Reina del Universo. Como dice el salmo responsorial de hoy, ‘De pie a tu derecha, está la reina vestida de oro.’ Como nuestra reina, ella intercede por nosotros ante el Rey. Por esto, la gracia fluye en abundancia. Y así le decimos a ella:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
¡Ea!, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Cuándo fue la última vez que te beneficiaste de la gracia del Sacramento de la Reconciliación? Piensa en un pecado con el que está luchando ahora. ¿Qué disfrutas más: seguir con ese pecado o ser libre de él? ¿Necesitas ayuda divina para vencerlo?

Preguntas para Compartir en Comunidad:
¿De qué forma el Sacramento de la Reconciliación es un momento de gracia especial? ¿Cómo te ha ayudado esta gracia a vencer un pecado difícil? ¿Por qué hay personas que no quieren disponerse a este Sacramento? ¿Cómo les explicarías el valor de confesarse?

Lee más sobre este tema en nuestro PalabrasVivas: “¿Profeta o Amable?” en https://gnm-es.org/ministerio-de-los-laicos/amable-o-profeta/

© 2023 por Terry A. Modica

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