Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
“¡Celebremos! Este hijo mío estaba muerto y ahora vive nuevamente; estaba perdido y ha sido hallado.” (De Lucas 15, 23-24)
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Sábado de la 2da. Semana de Cuaresma
Marzo 2, 2024
Lecturas de hoy:
Miqueas 7, 14-15.18-20
Salmo 103, 1-4.9-12 (con 8a)
Lucas 15, 1-3.11-32
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030224.cfm
Si tienes un hijo pródigo, confía en Dios
Posiblemente, una de las peores aflicciones que un padre podría enfrentar es la pérdida de un hijo. La pérdida por su muerte es muy difícil de soportar. Puede ser tan doloroso como sufrir la pérdida de un hijo por su desconexión de la familia por rebeldía y el rechazo de los valores que nosotros, los padre, hemos tratado con tanto esfuerzo de infundir.
Cuando un niño dulce crece para volverse tan indulgente consigo mismo y tan centrado en sí mismo que la comunicación muere y las relaciones se entierran en el lodazal de malas decisiones, un padre puede sentirse crucificado y, al mismo tiempo, experimentar una profunda pena por perder un alma muy preciosa.
No hay cierre en ese tipo de muerte. Mientras el hijo descarriado continúe rechazando la fe y la verdad, y mientras se niegue a sanar las relaciones familiares que han sido crucificadas, el padre no puede hacer más que esperar, orar y anhelar.
¡Pero hay esperanza! En Dios, siempre hay esperanza. Esta es una de las razones por las cuales Jesús nos dio la Parábola del Hijo Pródigo: Él nos muestra que el Padre siempre está esperando con amor abrazar a su hijo perdido y darle la bienvenida a casa.
Si tienes un hijo o hija pródigo, confía en Dios Padre con espíritu de esperanza y pide la intercesión de Santa Mónica, quien sufrió el mismo dolor de la pérdida: utiliza nuestras Letanías y Novena a Santa Mónica en https://buenasnuevascatolicas.org/oraciones/lagrimas-santa-monica/.
Y mira más oraciones para padres en https://buenasnuevascatolicas.org/oraciones
© 2024 por Terry A. Modica
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