Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica
Cuando ejercitamos la humildad, lloramos por la oscuridad en el alma de las otras personas más que por ser rechazados.
Reflexión de las Buenas Nuevas para:
Viernes de la 17ma. Semana del Tiempo Ordinario
Agosto 2, 2024
Oración para hoy:
Perdóname, Señor, por el orgullo que tantas veces me domina. Dame humildad para conocer mi pobreza y poner mi fortaleza sólo en Ti y al servicio de los demás. Amén.
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Lecturas de hoy:
Jeremías 26, 1-9
Salmo 69, 5.8-10.14
Mateo 13, 54-58
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/080224.cfm
La bendición de ser rechazado
¿Te sientes que están en tu contra? ¿Tratado injustamente? ¿Hay amigos que rechazan injustamente lo que has dicho, como si fueras un enemigo que trata de lastimarlos o engañarlos? ¿Estás teniendo insultos debido a tu fe? ¿Los miembros de tu propia familia te excluyen por tu celo por la casa de Dios? Si es así, ¡el Salmo 69 es tu canción!
El profeta Jeremías sintió lo mismo. Como vemos en la primera lectura de hoy, él entregó el mensaje que Dios le había encargado que hablara, y la gente lo odiaba por ello. Cada vez que defendemos la verdad, siempre hay quienes nos resienten. Pero si hemos hablado con compasión, sin una actitud de superioridad y con una preocupación genuina por los demás, la única razón por la que somos rechazados es porque prefieren vivir en la oscuridad.
Jesús entiende cómo te sientes. En la lectura del Evangelio de hoy, no le creían simplemente porque era demasiado familiar para la gente de su ciudad natal. Lo recordaban como el hijo de José o quizás como un bebé concebido ilegítimamente. Sus recuerdos de su juventud los distrajeron de ver su verdadera identidad como el Salvador del mundo. Del mismo modo, tú y yo somos rechazados por aquellos que nos conocen demasiado bien.
En lugar de enojarnos por esto, deberíamos usarlo para profundizar nuestra propia humildad. Ser aceptado por Dios debería ser nuestro objetivo principal; es solo su opinión de nosotros lo que realmente importa. Mientras Dios nos apruebe, el hecho de que los demás nos acepten o rechacen es un punto discutible.
¡De hecho, ser rechazado por las mismas personas que deberían alabarnos es beneficioso para nuestro crecimiento espiritual! Santa Teresa de Ávila dijo: “Dios nos libre de las personas que desean servirle pero que son cuidadosos de su propio honor” (de “El camino de la perfección”, capítulo 12). Cuando queremos ser aceptados porque se siente bien, estamos atrapados en la trampa del egocentrismo. Santa Teresa lo llamó la tentación de “vanagloria” (vanidad); hacer la voluntad de Dios y luego esperar que otros nos elogien porque es un “veneno” que es “fatal para la perfección” (destruye el amor y la santidad dentro de nosotros).
No deberíamos querer nada más que agradar a Dios y no deberíamos esperar recompensa sino su felicidad.
Es difícil permanecer humilde mientras se es aceptado y elogiado. Todavía es más difícil cuando, después de ser rechazados, nos centramos en “¡Yo tengo razón! ¡Ellos están equivocados!” Cuando ejercemos la humildad, lloramos la oscuridad en el alma de la otra persona más de lo que lloramos por ser rechazados. En humildad, oramos: “Señor, reemplaza mi ira y mi autocompasión con lágrimas de preocupación”.
Por lo tanto, nos unimos a las heridas sanadoras de Jesús, y el rechazo ya no hiere como un ataque personal.
© 2024 por Terry A. Modica
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