Lo bueno de las tentaciones

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

“Entonces brillará para ti una luz en las tinieblas,
y las tinieblas serán para ti como el mediodía;
y el Señor te guiará siempre.”
(Isaías 58:10-11)

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Sábado después de Ceniza
Marzo 8, 2025

Lecturas de hoy:

Isaías 58, 9-14
Salmo 85, 1-6
Lucas 5, 27-32
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030825.cfm

Lo bueno de las tentaciones

A menudo se dice que la batalla por el alma se lleva a cabo en la mente.

Cuando tu mente divaga, ¿a dónde va? ¿Sigue a Cristo o está esclavizada a las ideas mundanas? Durante los momentos de estrés, ¿qué llena tu mente? ¿Oraciones y confianza en Jesús? ¿O quejas y miseria?

¿O ambas?

Todos tenemos vulnerabilidades que los demonios aprovechan cuando se les da la oportunidad. Durante el año pasado, el ayudante que contraté para hacer reparaciones en mi casa no hizo su trabajo y me costó varios miles de dólares por su trabajo incompleto. Un amigo de confianza me rechazó, creyendo que era una bruja. Y mientras viajaba a casa después de una visita a mi madre, un conductor adolescente se estrelló contra mi auto nuevo mientras hacía una maniobra imposible en el tráfico. Pero mirando hacia atrás, estos no fueron nada comparados con la vez que un sacerdote había sido grosero, exigente e hiriente.

En cada situación, mi enojo estaba justificado. En el caso del sacerdote, estoy bastante seguro de que Dios también estaba enojado. Y siempre, la manera en que respondía determinaba si la experiencia me acercaría más a Cristo o me atraparía en la trampa del diablo.

Siempre que nos aferramos a la ira justa, pensando en las razones de nuestra ira, un tentador nos observa, con la esperanza de desencadenar una ira pecaminosa. Para permanecer santos, debemos entregar a Dios la justicia que deseamos. Quería decirle al sacerdote lo equivocado que había estado. Ensayé en mi cabeza lo que podía decirle. No habría habido nada de malo en las verdades que diría, pero Dios me rescató de la trampa en la que estaba cayendo.

Hay un momento decisivo en el que una idea justa, un motivo santo o una reacción inocente se convierte en autoidolatría. Es el momento en el que queremos tomar el asunto en nuestras propias manos. La tentación dice (con una voz muy moralista): “Ustedes sean el juez y el jurado, ustedes impartan la justicia”.

Si nos arrepentimos de este deseo natural, escuchamos a Dios que nos dice que le permitamos impartir justicia en el momento y a su manera. Mientras tanto, oramos por la persona que nos ofendió. Elegimos amar a nuestro enemigo. Solo lo reprendemos (si Dios prepara el escenario primero) con palabras que lo edifiquen y liberen la bondad que hay en Él

La Cuaresma es un ejercicio para ganar fuerza ante las tentaciones. Ganar esta batalla no es tan difícil como parece. Cuando enfrentamos nuestras debilidades, le damos a Dios la libertad de ser fuerte por nosotros. Si nos dirigimos a Él en oración y en el Sacramento de la Reconciliación y en la Eucaristía, nos libera de nuestra esclavitud al pecado a través de lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz y a través de nuestra relación personal con el Espíritu Santo.

Cada vez que nuestra mente va en una dirección donde no se encuentra a Jesús, tenemos una oportunidad muy importante de arrepentirnos, lo que significa cambiar de dirección. ¡Es algo maravilloso! Nuestras mentes dirigidas por el pecado nos están revelando el siguiente paso en nuestra santidad.

© Terry A. Modica, Good News Ministries

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