La canción de fe

¡Alegría para el mundo! Esta es nuestra canción. Esto es lo que siempre deberíamos proclamar como pueblo de fe.

No te concentres en lo que destruye tu alegría, porque nada puede destruir la venida del Señor. La ausencia de alegría es simplemente un área en blanco en tu visión de lo que Dios está haciendo.

¡Mira el amor que Jesús tiene por ti! Jesús nació no sólo para salvarte de las tinieblas del pecado; ¡Él nació porque te ama – él te ama A TI! Incluso si nunca hubieras pecado, él habría venido al mundo para poder amarte  a ti a tu nivel, humano a humano.

A veces, las grandes cosas vienen en paquetes sorprendentes que no parecen ser grandes en absoluto. La Eucaristía – en forma de una pequeña oblea de pan – no parece contener la presencia plena de Jesús con toda su humanidad y su divinidad. El niño Jesús – un niño pequeño e indefenso – no parece ser el conquistador del mal. ¡Pero lo es! Y así es Jesús en la Eucaristía; Él está aquí para ti.

¡Y tú! Puede que no parezcas ser una gran persona, pero tú contienes a Jesús. ¡Tú contienes una grandeza más allá de la imaginación! Esta grandeza no habita solo en ti; brota de ti en todo lo bueno que haces. ¡Esta es una vida de fe!

Ser seguidor de Jesús significa que aprendemos a imitarlo. Al hacer el bien, el mal es derrotado. En esta bondad, la grandeza de Jesús se extiende hacia fuera de nosotros. En esta bondad, hay motivo de gran gozo.

Preguntas para la Reflexión Personal:
¿Cuánto crees, realmente, que Jesús te ama? ¿Cuáles son algunos ejemplos de que Jesús cuida bien de ti? ¿Cómo revelas el amor de Jesús a los demás?

Preguntas para Compartir en la Comunidad de Fe:
Comparte la historia de la primera vez que recuerdas haber experimentado el amor de Jesús y que te diste cuenta de que era un regalo de Dios. ¿Qué significa para ti la Eucaristía? ¿De qué forma puede transformarte como para que dejes la iglesia dispuesto a dar el amor de Cristo a los demás?

 ¡Feliz Navidad, de parte del personal de Good News Ministries! Que tu día sea muy bendecido y lleno de alegría, a pesar de cualquier decepción y razón para afligirse. ¡Jesús está encantado de amarte!