Venciendo la oscuridad

Reflexiones Diarias

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.

por Terry Modica

ChristmasDec29-1sp

“Cada vez que elegimos imitar a Jesús, Su luz vence la oscuridad.”

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Jueves, 5to. Día en la Octava de Navidad
Diciembre 29, 2022

Oración para hoy:

Que tu Palabra, Señor, sea para mí, motivo de alegría y santidad. Purifícame de todo aquello que me aleje de ti. Quiero ser tu testigo y esperar confiadamente en tus promesas. Amén.

SaintsEncuentra el Santo de hoy
BuenasNuevasCatolicas.org/santos-diarios

Lecturas de hoy:

1 Juan 2, 3-11
Salmo 95, 1-3. 5-6
Lucas 2, 22-35
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/122922.cfm

Venciendo la oscuridad

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Lo has visto. Hay más odio en el mundo de hoy — más disparos, más gritos a los que tienen opiniones diferentes, más divorcios, más narcisismo, más muerte de inocentes (abortos) e, incluso, odio hacia la idea de tener más hijos.

Cuando la gente vive en la oscuridad, no se da cuenta cuán oscuro es realmente. Dios parece malo o dañino y el pecado parece ser muy bueno. Las oportunidades de la oscuridad se nos presentan disfrazadas como cosas buenas. Los “buenos” sentimientos o pensamientos que tenemos cuando cooperamos con el mal parecen tener sentido. Confiamos en estos sentimientos como si fueran pruebas de que el mal no es realmente malo.

Incluso nosotros que hemos sido iluminados, es decir, que caminamos a la luz de la verdad, sucumbimos a la oscuridad. Como dice la primera lectura hoy, cada vez que rompemos alguno de los mandamientos de Dios, si fracasamos al reconocer humildemente que hemos pecado, realmente estamos caminando en las sombras y nuestra visión es cegada por la oscuridad.

La Buena Noticia es: porque somos seguidores de Cristo, la Verdadera Fuente de Luz nos está evitando esta ceguera. Cada vez que elegimos imitar a Jesús, su luz, que ha estado brillando dentro de nosotros desde nuestro bautismo, vence a la oscuridad. Cuando le damos el regalo de nuestra humildad, Él nos da el don de la verdad y la santidad que surge de vivir la verdad.

Una mañana invernal y oscura en la iglesia, el Espíritu Santo me mostró cuán fácilmente nos contentamos con las tinieblas. El lugar estaba iluminado solamente en el altar para la Misa. ¡Accidentalmente! Y nadie se encargó de levantarse, caminar hasta los interruptores de luz y proporcionar más luz. La mayoría de los asistentes gravitaron a los asientos cerca de la luz, pero algunos se quedaron en los mismos bancos que siempre se sentaban — a soportar la oscuridad.

¿Por qué soportamos a las tinieblas? Incluso cuando es doloroso o dañino, tendemos a quedarnos con lo que es familiar. Podríamos quejarnos, pero no hacemos nada (o muy poco) para curar lo que está herido o para hacer cualquier cambio que sea necesario. Decimos que queremos crecer en santidad, sin embargo, volvemos a pecados antiguos y familiares; el arrepentimiento es una idea momentánea, no un estilo de vida.

Cegados por la oscuridad, no podemos ver el daño que causamos con nuestros pecados. No podemos ver las piedras de tropiezo en nuestro camino, y no podemos ver que algunas de esas rocas son el mismo Jesús haciéndonos tropezar para hacernos cambiar de dirección.

Como Simeón le dijo a María en la lectura del Evangelio de hoy, Jesús es la ruina de aquellos que caminan en la oscuridad. Tropezamos con sus verdades y caemos. En esa postura humillante, boca abajo en la tierra, tenemos una decisión importante: podemos refunfuñar y quejarnos, desempolvarnos, levantarnos y seguir hasta la próxima roca que aparezca en nuestro camino, o podemos mirar desde el polvo y pedir la mano de Jesús.

Si buscamos su ayuda, su “luz reveladora” nos muestra el camino al perdón. Él nos ha dado el Sacramento de la Reconciliación para que nosotros podamos ser bañados amorosamente en la refrescante piscina de su gracia sobrenatural. Esta gracia nos capacita para hacer el trabajo incómodo de cambiar de dirección para seguir a Jesús en el camino de la santidad.

Echa un vistazo a tus rodillas magulladas (tus heridas y dolores). Aunque alguien te podría haber empujado, ¿podría ser tu propia ceguera que te ha hecho tropezar? Jesús está tratando de llamar tu atención.

La Fe en Cristo vence la oscuridad. Cuando nuestras vidas están centradas en Cristo, no importa lo que nos empuja, nos quedamos equilibrados y derechos. Nos quedamos en la luz. En nuestra unión con Cristo, experimentamos paz en lugar de agitación, esperanza en lugar de desesperación y estímulo en lugar de miseria.

© 2022 por Terry A. Modica

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