Cómo descubrir tu grandeza

Reflexiones de las Buenas Nuevas:
Haciendo que las escrituras sean significativas
para tu vida diaria.
por Terry Modica

“La verdadera fe implica hacer actos de amor por los demás, lo merezcan o no, porque les estamos dando a Jesús.”

Reflexión de las Buenas Nuevas para:

Jueves de la Semana de Navidad
Memorial de San Juan Nepomuceno Neumann, obispo
Enero 5, 2023

Oración para hoy:

Te doy gracias Señor por poner tu confianza en mí. Sáname de mis prejuicios y mis criterios humanos para que pueda descubrirte donde Tú quieras llevarme. Amén.

Encuentra el Santo de hoy
BuenasNuevasCatolicas.org/santos-diarios

Lecturas de hoy:

1 Juan 3, 11-21
Salmo 100 (99), 1-5
Juan 1, 43-51
bible.usccb.org/es/bible/lecturas/010523.cfm

Cómo descubrir tu grandeza

Como Jesús hizo con los discípulos en la lectura del Evangelio de hoy, él te ha llamado a ti y él te ha dicho a ti: “¡Se mi discípulo y verás grandes cosas!”

A veces, las grandes cosas vienen en formas sorprendentes que no parecen ser grandes en absoluto. La Eucaristía, por ejemplo, se nos da en forma de una pequeña oblea o pedazo de pan; no pareciera que contenga la plena presencia de Jesús con toda su humanidad y toda su divinidad.

Comparados con Jesús, tú y yo no parecemos grandes en absoluto, pero contenemos a Jesús. ¡Contenemos grandeza más allá de la imaginación! La majestad de Dios mora en nosotros, y tenemos prueba de esto cada vez que sale de nosotros en forma de amor. Por esto es que la primera lectura nos dice “que nos amemos los unos con los otros.”

La escritura hace énfasis en que nosotros sabemos que Jesús habita dentro de nosotros por el amor que damos a los demás.

Del mismo modo, sabemos con seguridad que venceremos al pecado (“nosotros estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida”) porque experimentamos el amor de Cristo fluyendo por nosotros hacia los demás aun cuando ellos sean difíciles de amar.

Piensa en alguien a quien no has perdonado. O piensa en las personas con las que no quisiste ser amable porque no se lo merecían. Eso no es amor; es una forma de odiar. El Evangelio de hoy nos dice que somos asesinos cuando odiamos a los que nos lastiman, y la vida eterna no va a permanecer en nuestros corazones. ¡Ah! Tragamos saliva. ¡Ay! ¡Es momento de correr al confesionario! Y después tal vez tenemos que ir con nuestro director espiritual o con nuestro consejero, para recibir la sanación para nuestras heridas y así tengamos la libertad de amar a cualquiera como Dios lo hace.

“Amemos de verdad y con las obras, no solamente de palabra.” Como discípulos de Jesús, estamos aprendiendo a imitarlo. ¿Qué es lo que nos ha estado enseñando con los ejemplos que ha puesto?

Bueno, él vino a nosotros, no para ser servido, sino para servir nuestras necesidades. ¡Hasta dio su vida por nosotros! Nosotros, también, no estamos aquí para ser servidos por aquellos que nos han tratado mal. Estamos aquí para servirlos a ellos.

Dar nuestra vida por los demás, significa entregar también nuestros anhelos, nuestras heridas y nuestro egoísmo, para hacer buenas obras para ellos. A veces esto puede ser desde lejos, por razones de seguridad, pero siempre con el amor de Jesús fluyendo de nosotros hacia ellos.

Es correcto que nos alejemos de aquellos que repetidamente nos lastiman. Una esposa abusada no puede ser Jesús para su marido, hasta que ella y sus hijos se pongan a salvo, busque a un consejero para sanar sus heridas, y aprenda a amarse a sí misma con el amor que Dios le da. Solamente en ese momento va a tener las fuerzas para amar a su esposo con la presencia verdadera de Cristo que habita en ella.

La verdadera fe comprende las buenas obras de amor para los demás, ya sea que se las merezcan o no, porque les estamos entregando a Jesús. Somos como María, dando a luz al Amor mismo. Al amar incondicionalmente a los demás, hacemos que todos los días sean una Navidad.

© 2022 por Terry A. Modica

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